Hace unos años la habrían llamado
doña Paula; pero hoy, sin el tratamiento delante del nombre, recuperaba cercanía
en un espejismo de juventud. Le costaba reconocer que casi una década había pasado
desde que cruzó la frontera del medio siglo y, agitando la melenita bien
cortada y teñida, pretendía ahuyentar las sombras del tiempo que le apagaban la piel y ralentizaban andares.
Cada mañana abría el armario
escogiendo las favorecedoras prendas que vestían un cuerpo aún esbelto y de apariencia juvenil. Sabios retoques en el maquillaje devolvían una imagen en el espejo de
edad indefinida, suspiraban los años recuerdos pasados, y el presente respiraba
la esencia de un perfume tan delicado y sutil como una esperanza.
¿Dónde estaban los quince, los
veinte, los treinta e incluso los temidos cuarenta? Las manchas de sus manos
inventariaban escrupulosamente el paso de la vida y los dedos, aunque afilados en
perfecta manicura, cada día se descubrían más nudosos, semejantes a las ramas de un árbol
viejo de savia lenta.
El ayer sin arrugas ni miedos, de
manos explorando rincones y revolviendo cabellos, de ojeras felices en sabanas
revueltas, de palabras inventadas en la pasión y la ternura amaneció en un
presente a solas ante el espejo de la propia vida. Y Paulita, Pauli, Pau… dieron paso a Paula, que discreta y correcta, cubre de calma las
cicatrices de la vida mientras amordaza de dignidad la soledad que le aferra la
garganta.
Qué gozada, volver a leerte!!!
ResponderEliminarHa sido toda una sorpresa disfrutar de esta entrada, dónde nos vamos encontrando más de una. Yo también soy esa Paula, mi querida Pauli.
La canción... me trae tantos recuerdos, ayyyyy, mi Gondo.
Abrazos y achuchones.
La gozada es tenerte cerquita, queridísima.
ResponderEliminarHace un momento, en el directo de la pausa del café, te comentaba que en este momento sereno de mi vida me apetece retomar el vicio de juntar letras e intentar retratar escenas, gentes, momentos... Este tiempo entre paréntesis literario lo necesitaba Ángela y Jane se lo concedió.
Gracias por seguir ahí.
Besos siempre.
P.D. Te faltan años para ser Paula, pero llegado el momento sin duda lucirás porte y saber estar, como siempre.
Maravilloso, he leído mucho te tu blog. Muchas gracias. Sería perfecto tener tus escritos en un libro, en papel, con olor al tiempo. Saludos
ResponderEliminarVaya, veo que no he sido el único en dejar esto por un tiempecito. Muy bueno tu texto, como siempre. La nostalgia, tan triste y tan hermosa a la vez. Un abrazo grande, Gondo.
ResponderEliminarvive el momento es lo unico que nos salva del tormento
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