Quién soy

En un mundo imperfecto, yo no soy la excepción

miércoles, 27 de junio de 2012

YO, CASI JANE

Cada mañana despierto con la misma frase vistiendo un pensamiento: “¿Cuándo recuperaré mi vida?”. Suena melodramático, pero así es como me siento, despojada de esa vida que, tras dudas y titubeos, comenzaba a construir. Acudo a la razón que me aconseja paciencia. Es cuestión de tiempo, me dice. Pero los miedos corean agoreros “¿Y si algo sale mal?”, mientras el cansancio sigue tejiendo sus redes alrededor.

¿Realmente quiero escribir en estos momentos? La pregunta ha saltado de mi cabeza deslizándose desde las yemas de los dedos a este viejo teclado, instrumento de tantas historias, y ahora mudo.

La respuesta es, aparentemente, clara. Naturalmente que deseo escribir. ¿Por qué si no estoy sentada ante la pantalla? Pero yo sé que es una respuesta parcial porque la historia que puebla mi mente no sé si quiero contarla, y tampoco si sabría hacerlo. No es compleja. Es simple, común y, posiblemente, aburrida. Es la historia de una Jane que creyó posible vivir en la jungla que Tarzán le propuso compartir, y de cómo, un tiempo después, Tarzán desterró el taparrabos, se enfundó slips de Calvin Klein, comenzó a usar parches para su alopecia y se marchó sin un “Oncagua”.

No soy Jane. Os garantizo que no habito en los árboles como el barón rampante de Italo Calvino. Sí conozco a muchas Jane’s. Y esta es la historia de una de ellas.