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En un mundo imperfecto, yo no soy la excepción

jueves, 29 de agosto de 2013

El abogado del diablo

Me gusta mi trabajo. Supone un reto para mí. Mi cliente es tan generoso como  malvado, en todas y cada una de sus formas, y debo emplearme a fondo para establecer una defensa coherente.


Como el abogado del diablo, mis casos son importantes: genocidios, trafico de órganos, compra-venta de seres humanos… Así que, por favor, no me molesten con sus mezquinos pleitos sentimentales. ¿Cuáles fueron los terribles delitos? ¿No les amaron lo suficiente? ¿Traicionaron la confianza que depositaron sin la menor garantía? ¿Fueron dejados de lado por quién decidió “seguir su propio camino”? ¿O acaso el delito fue intentar preservar un átomo de intimidad a salvo de un afecto inquisidor? Me tienta, en vista de lo execrable de su reacción, elevar un informe a San Pedro para que premie el buen gusto de la actuación de las personas acusadas que, con excelente criterio, decidieron alejarse. Y ustedes debían, en lugar de lanzar ráfagas de rabia, tener la inteligencia de reír a carcajadas, satisfechos de no contar ya en sus impecables vidas con la presencia de tan deplorables personajes.



8 comentarios:

  1. Muy bueno, Gondi. Como todos tus textos-reflexiones: conciso, inteligente y ameno.
    Siempre me ha llamado la atención por ridículo ese deseo de jurar o exigir amor eterno. Así como la práctica de calificar como traición el desamor.

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  2. Muchísimas gracias por este comentario, Jorge.

    No creo en eternidades, aunque sí creo en las personas, al menos en algunas.
    Besos y bienvenido a mi trocito de selva.

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  3. Impecable ! Has vuelto de vacaciones en plena forma. Besos

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    1. Gracias, Funámbulus.
      He vuelto muy bien, la verdad. Los paréntesis tal vez no sean imprescindibles, pero aclaran el texto.
      Besos.

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  4. Me ha encantado, una genialidad. Y qué bien escrito está. Pero, ya que el abogado del diablo no se ocuparía de los pleitos sentimentales... ¿lo haría el abogado de los casos perdidos y/o desesperados? Jejeje.
    Un abrazo

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  5. Jajajaja

    Podemos buscarlo a ver qué pasa.
    Recuerda que por ahí está un San Nicolás de no sé qué dispuesto a favorecer a las damas.

    Besos compañera de viajes y días cotidianos.

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  6. Acabo de ver un feflejo de tu mente privilegiada, eres dueña y señora de las palabras. Bienvenida a tu selva, Jane.
    Un fuerte abrazo.

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  7. Yo acabo de verte y me eso me dibuja una sonrisa.
    Besos amiga viajera.

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