Quién soy

En un mundo imperfecto, yo no soy la excepción

miércoles, 17 de abril de 2013

El amor en base a la física cuántica

El amor…

Se ha descrito como un pájaro que apenas se posa ya alza el vuelo, como un niño que juega a lanzar flechas con los ojos vendados, como mariposas en el estómago… Imágenes, poesía…

El amor no es ilógico, simplemente no lo entendemos y nos empeñamos en hacerlo. A ver… listillos ¿alguno de vosotros comprende la teoría de la relatividad? No mintáis, que somos de letras jajaja. Albert Einstein la desarrolló y la lanzó al mundo intentando explicar una serie de fenómenos que bien podrían dado de sí varios programas de Iker Jiménez. No entendemos sus fórmulas, pero las vemos escritas y avaladas por mentes en bata blanca y parece que nos tranquiliza un universo explicado en números y letras.

Y aquí llego yo, lega total en ciencias, romántica  y de letras, pero con mi teoría sobre el enamoramiento enraizada en la más pura, novedosa y abstracta de las ciencias: la física cuántica.

Medio plagiando la frase final de un anuncio de coches, que decía que todo cambio surge a raíz de una pregunta, diré que toda teoría nace como respuesta a un interrogante. El mío fue poco original, y por ende, compartido por bastantes habitantes del planeta tierra: ¿Qué hace que nos enamoremos de una persona en concreto y no de otra que, posiblemente, sería más afín y complementaria a nosotros? Cierto que Pascal lanzó aquello de “el corazón tiene razones que la razón no comprende”, pero yo quiero comprender; no sé… parece que sí entiendo lo que pasa -aunque no pueda cambiarlo- me quedo más tranquila.

Científica de andar por casa, sin bata ni nada, el sujeto-cobaya de mi experimento fui yo en mi hábitat natural, e intenté encontrar alguna respuesta a estos interrogantes:

-¿Por qué me enamoro?
-¿Por qué si el sujeto X reúne mayor cantidad de variables que convienen al sujeto Y (Yo) tiendo históricamente a no enamorarme de X y sí de Z?

Revisé los datos de que disponía viajando en el tiempo hasta mis 16 años y… hallé la respuesta. ¡Eureka! Ahí estaba la causa, tranquilizadoramente científica. No es que yo sea tonta, irracional, o que el humo de la pasión ciegue mis ojos, pero aunque sea todo eso no importa, puesto que nos enamoramos por culpa de la física cuántica. ¿No me creéis? A ver como lo explico mis queridos profanos. Todos, o casi todos hemos oído hablar de las cuerdas temporales, de las puertas de se abren pasando de una dimensión a otra: Stargate (película), Alicia en el País de las Maravillas (literatura, película, y alguna droga que tomaron, cada uno por su lado, Lewis Carroll y Tim Burton), o H.G. Wells (pura imaginación). Ellos contaron y reputados físicos demostraron (en teorías variadas e incompresibles para el común de los mortales) que unas cuerdas (?) se rompen alterando las coordenadas  espacio-tiempo abriéndose puertas a otros mundos y existencias que coexisten sin saberlo.

Pienso que en el proceso de enamoramiento se rompen algunas cuerdas y se abre una puerta entre dos desconocidos por la que fluye alguna especie de energía magnética que los impulsa irremisiblemente el uno al otro. Nada puede hacer el cerebro, la lógica, las normas, la experiencia… durante un tiempo indefinido un pasadizo secreto comunica dos corazones y en esa dimensión todo, por absurdo e improbable que parezca, puede pasar.



13 comentarios:

  1. Y yo creyendo en la primavera y las feromonas!!! Una clase masgitral que me acabo de llevar, querida mía.
    Si te hubiera pillado Albert Einstein, mente prodigiosa!!!!
    Un abrazo, Gondo mía.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja "mente prodigiosa"... Más bien loca perdía.
      ¡Cómo me quieres! Solo por eso la próxima capirinha la pago yo.

      Besos mi romántica amiga.

      Eliminar
  2. Bonita forma de verlo, aunque al final realmente sea todo quimica. Me ha gustado mucho el texto. Un abrazo Angela

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Rendán.
      Estas mañanas primaverales me hacen pensar, y os torturo con mis elucubraciones.
      Abrazos.

      Eliminar
    2. Ninguna tortura, encantados de leerte

      Eliminar
  3. Pedazo de reflexión!! la he compartido en mi face, quieron que la lean !! tíaaaa tú que haces que no estás dando una conferencia?? me ha encantado!! me la quedo.

    Besos llenos de iones positivos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tuya es mi irreflexión, Maite del alma mía.

      Besos teóricos por la distancia, pero sin duda llenos de un cariño empíricamente demostrado.

      Eliminar
  4. HOLA QUERIDA AMIGA
    ESTOY VOLVIENDO DE A POCO PORQUE NO ME HE SENTIDO BIEN, COMO SIEMPRE, TENGO TANTAS PRESIONES EN LA VIDA. PERO BUENO... ACÁ ESTOY.
    GRACIAS POR VENIR A TOMAR EL TÉ. DE A POCO ME IRÉ PONIENDO AL DÍA.
    BESOS

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuídate mucho y sigue ofreciendo esos tés que son mucho más que una simple taza de infusión.
      Besos.

      Eliminar
  5. Cuántas vidas hace
    que nadé por vez primera en el torrente del amor,
    Para descubrir al fin
    Que la orilla es inalcanzable.
    Y sin embargo sé
    Que voy a seguir nadando y nadando.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aplaudo tu actitud, Funámbulus.

      Yo, que no sé nadar ni guardar la ropa, hago lo mismo.
      Besos.

      Eliminar
  6. Sublime... Me encanta, por cierto, no lo habia leido. Me equivoque al decirte que si

    ResponderEliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar