Quién soy

En un mundo imperfecto, yo no soy la excepción

viernes, 7 de septiembre de 2012

Nocturno

Fue ella la que lo eligió. Lo llevó a su casa y lo instaló en su cama. Lo vistió y comenzó a compartir con él sus noches.

Él comenzó así a saber de sus miedos, de sus soledades, de sus sueños, de sus anhelos.

Aprendió a reconocer el gesto de cansancio último, cuando ella dejaba las gafas junto al libro y apagaba la luz. Ése era su momento, cuando ella apoyaba su cabeza en él y lo abrazaba.

El día sin ella era largo, vacío, kafkiano… Solo su contacto, cada noche, daba sentido a su existencia. Él se conformaba con aquella relación, no pedía más.

Una noche ella lloró sobre él. Se sentía perdida y asustada, abrumada por unos sentimientos que creía olvidados. Susurró un nombre, anheló unos besos, añoró unos abrazos. Estaba enamorada, le confesó.

El corazón de látex y espuma del almohadón se rompió.














4 comentarios:

  1. Este texto fue el primero que saltó del teclado hará algo más de tres años.

    Significó y significa mucho para mí. Como también el almohadón compañero de más de mil y una noches.

    El mejor cocinero de palabras del mundo me comentó que echaba en falta este escrito y como espero que un día me regale una tarta de chocolate decidí complacerlo.

    Gracias a todos los que os detenéis a escuchar a Jane.

    Besos siempre.

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  2. No tuve la oportunidad entonces de leerlo. Aprovecho la que has brindado para hacerlo y comentarlo. Sencillo y lleno de sentimiento. Todo pasó y todo pasará.
    Un abrazo, Gondo mía!!!

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  3. Yo tampoco lo había leído. Es un micro fantástico. Que gusto leerte Angelilla.

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  4. Me gusta esto de ser anónimo. Ya sabes que mi camaleonicidad disfruta con el astuto juego de no estar, ni ser, pero aparecer con un ploooof, al estilo mago. Permítemelo, andaaaaa.

    En efecto, este escrito fue el primero que te leí y lo echaba en falta. Me causó una envidia totalmente insana cuando lo publicaste, que lo sepas.

    A raíz de eso ideé un plan maquiavélico de tres puntos:
    1) Intentar hacerme amigo tuyo.
    2) Robar tus secretos de escritura.
    3) Hacerme millonario vendiendo libros de cocina con tus textos intercalados entre las recetas.

    Como sabes estoy en el punto uno. El número dos por ahora se me resiste pero no pierdo la esperanza. De hecho estoy terminando una tarta de chocolate sabor mojito con un 90 % de ron para emborracharte y sonsacarte.

    Besos siempre.

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