Cada equis tiempo me da una especie de crisis cambística (¿existirá la palabra? Word la ha subrayado inmediatamente, pero como aquí no entra nadie de la RAE la dejo). Me digo que he de introducir modificaciones en mi vida planteándome qué.
Consciente de mis limitaciones y de mi carácter no me pongo metas imposibles. Aún así… todavía no me he matriculado en inglés, nunca pasé del segundo ejercicio del curso de taller de escritura, solo fui un mes a Pilates, y utilizo las mallas para andorrear a gusto por casa y realizar estiramientos en el sillón.
Mi último intento fue cultivarme, y ya que el cuerpo se cultiva solo (ver párrafo anterior) decidí a meter en vereda la mente. Vivo en un lugar sin cine, con pocas exposiciones, pachín pachán musical, un museo arqueológico que he visto varias veces, un paisaje sin grandes sorpresas, un teatro rara vez se abre… Pero un día…vi una foto estupenda en blanco y negro de una actriz mítica: Bette Davis. Alguien (un experto sin duda en el séptimo arte y en su filmografía) iba a dar una conferencia. Y gratis además. Naturalmente fui.
Felizmente fui.
Amigos míos pocas veces lo he pasado tan bien como aquel día. La conferencia era puro surrealismo, era un desvarío continuo, y eso que el ponente intentó mantener cierto orden en su intervención. Consciente de la importancia de su presentación, decidió poner primero todas las fotos de “la Bete Deivis ” y luego hablarnos de ella.
Puso las imágenes y acompañó de comentarios como: “ésta no sé de qué película es”, “ésta otra tampoco”, o “es una de foto de estudio de las que ella, que no era guapa, se hacía para lucir sexy”. Así descubrimos que el hombre era experto solo en los fotogramas de la película “La extraña pasajera” y un dato: la Bete Deivis no se tragaba el humo al fumar. Pero, buena profesional, aparentó hacerlo en “La extraña pasajera” (¡naturalmente!) cuando el coprotagonista le ofrece el cigarro que acaba de encender (¡vivan los glamorosos gérmenes eróticos!).
Finalizado el momento fotos, llego la biografía de la famosa actriz. Ahí el hombre desplegó todo su saber y, sin rubor alguno, soltó que “Ruth Deivis –verdadero nombre de la Bete- no fue una hija deseada sino consecuencia de una noche en que su padre penetró sin ganas el cuerpo de su madre. (Juro ante cuantos libros sagrados queráis que no invento palabra alguna y cito textualmente.) Nos informó así mismo que la Bete tuvo cuatro maridos cuyo nombre no recordaba, pero sí que “el primero tenía un trasero amplio y ambiguo”. También apuntó que se le conocieron cuarenta amantes, pero de sus culos no comentó lo más mínimo.
Comprenderéis que a estas alturas mi mandíbula estaba desencajada de aguantar la risa, pero mantuve el tipo y las formas porque siguieron los descubrimientos. Uno de ellos fue que el drama que la Bete protagonizó con Yoan Cranfor se llamaba (por escrito lo puso en una diapositiva) “¿Qué fue de baby Jeans?”, y que durante el rodaje hubo mucha tensión entre ambas actrices puesto que “la Yoan Cranfor perseguía con intenciones lésbicas a la Bete ”.
Llegados a este punto algo se bloqueó en mí. Recuerdo algo de un “teatre”, también que la Bete Deivis tomaba “guiskises”… A esas alturas de la conferencia, inculta de mí, solo quería salir a la calle y carcajearme con ganas, liberar las endorfinas, y… ¿por qué no? tomarme un guiskise llena de glamour, porque en el teatre de la vida, yo Jeins, acaba de asistir a la representación cómica más completa que podía imaginar.
Nunca olvidaré esa tarde de primavera, el lenguaje florido del conferenciante, el dolor de estómago que da aguantarte la risa… Y recordaré, sobre todo, que el tren de la vida está lleno de extraños pasajeros cuyas sorprendentes historias merece la pena escuchar.
Y yo me lo perdí, ufff!
ResponderEliminarSi llego a estar ahí, nos echan a la calle de abajo, por lo menos, jajajaja.
Qué bien lo he pasado imaginándolo!!!
Un abrazo, mi Gondo.
Fue mucho mejor de lo que he podido contarlo. Al salir nos dimos al licor de güiskises diversos (baileys) y caja de bombones. ¡Qué dulzura de día!
EliminarBesos querídísima.
Y encima gratis!. Ay si la Davis levantara la cabeza!...
ResponderEliminarBesos Ángela
Pensé lo mismo...
EliminarCreo que no habría bastantes güiskises para hacerla olvidar jaja ja.
Besos amiga Clara.
¡Qué rato tan divertido, mi querida Gondo! Nunca olvidaré aquella tarde y las risas, que me duraron más de una semana, generé endorfinas suficientes para un mes. Cuesta plasmar por escrito lo bien que lo pasamos, pero tú lo has conseguido plenamente.
ResponderEliminarUn abrazo
Tu retransmisión en whatsapp fue mítica jajaja.
EliminarNo habría sido lo mismo de no haber estado tú a mi lado, compartiendo las miradas asesinas que los fans del orador nos lanzaban.
Besos.