Quién soy

En un mundo imperfecto, yo no soy la excepción

martes, 17 de septiembre de 2013

Sobre adioses y aprendizajes

De estar viva, hoy mi hermana cumpliría un año más. Bastaron 15 meses y ocho días para que parte de mi vida desapareciese, como hicieron ella y mis padres. Aprendí que adiós es más que una palabra y sentí la impotencia ante la irreversibilidad de la muerte.


Cuando caes descubres que no importa si no te levantas inmediatamente. Necesitas ese tiempo indefinido de cuerpo a tierra,  sentir la aspereza del suelo en las mejillas o el cosquilleo de la vida escondida en la hierba. Puedes cerrar los ojos y escuchar, o abrirlos y seguir el paso de las nubes. Lo único importante es seguir respirando; ya llegará el tiempo de evaluar daños y tomar decisiones.



En algún momento a todos nos sorprende una tormenta existencial. Nos abaten rayos, y el aguacero de la desolación nos asoma en la mirada. Entonces recuperas el instinto primario que te hacía protegerte aún en el vientre materno donde comenzaste a ser. Te abrazas, y la vida sigue. 





15 comentarios:

  1. Es cierto Angelilla, como se va aprendiendo a soportar ausencias, decir adioses y seguir adelante, es nuestro instinto animal y no queda más remedio que aprender o te mueres tú también y ya sabes que la muerte no es sólo física.
    Besos querida amiga y un fuerte abrazo. Tu hermana seguro sería tan maravillosa como tú.

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    1. C'est la vie, Maite.

      Besos y suerte con ese proyecto solidario en el que me consta has puesto tu inmenso corazón.

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  2. Siempre me despido con un hasta luego, porque confío en volver a encontrarme con esa persona, las veces que he dicho adiós ha sido para siempre, y he sentido el dolor de la despedida. Hoy has recordado ese adiós y entiendo cada una de tus palabras, ánimo querida mía!! fue una suerte que contaran contigo cada minuto de sus vidas.
    Un cálido abrazo, mi Gondo.

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    1. Tú estuviste allí. Estás. Sabes.

      Besos envueltos en abrazos.

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  3. "Cuando caes descubres que no importa si no te levantas inmediatamente. Necesitas ese tiempo indefinido de cuerpo a tierra"
    Cuanta verdad en esas palabras, y que pocas veces uno se da cuenta de ello. Lo importarte no es levantarse inmediatamente, sino vivir el momento de duelo necesario con el que llevas ese levantamiento. Todos lo hemos necesitado en algun momento.
    Me gustaria tomar prestada esa frase para mi proxima entrada de "Frases prestadas de compañeros" si no te importa. Un abrazo compañera.

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    1. Tuya es la frase, compañero.
      Es un auténtico honor para mí. Gracias.
      Abrazos.

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  4. Sigamos pues, estos instintos primarios que garantizan nuestra supervivencia.
    Abrazos.

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    1. Y si hay que aullar a la luna, se aúlla, Funámbulus ¿no crees?

      Besos.

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  5. Curioso. Mi padre nació el 15 de Septiembre.

    Al final aprendes a convivir, pero lo que más nos enseña la vida es a quedarnos solos.

    Duro y triste pero es así.

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    1. Así es, Ana. Por eso, los instantes de tregua feliz hay que saborearlos y almacenarlos en la memoria para los días oscuros en los que el temporal de la vida nos tambalea los cimientos.
      Besos queridísima.

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  6. Es tal como dices.
    Pero al menos a mí cada vez me cuesta más guarecerme.

    Besos.

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    1. Yo no quiero guarecerme, me da pereza; prefiero mojarme con la tormenta, como los pájaros; ya saldrá el sol.

      Besos.

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  7. Hace unos minutos leí una de las frases de este post en el blog de Rendan. Y comprendo porqué le resulta fascinante. Ese tiempo de duelo, de lucha, de recuperación... No es un tiempo de reloj, es un movimiento evolutivo y racional, necesario, vital.

    Salud, Ángela

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