Quién soy

En un mundo imperfecto, yo no soy la excepción

jueves, 4 de octubre de 2012

En cuerpo y alma

SEÑALES (Cuerpo)

No es que me apasione fregar los platos, pero como hay que hacerlo le pongo voluntad. Mi madre siempre decía que no era una tarea ingrata puesto que en verano te refrescabas , y en invierno entrabas en calor con el agua caliente. Siguiendo esta máxima disfruto del agua, a la temperatura adecuada según la estación, y creo mi propio baño de burbujas con ayuda de Fairy, que curiosamente significa hada en inglés (¡lo que culturiza youtube!).  Pero hoy la tarea me resulto desagradable, y no por el gran número de cacerolas y platos que esperaban la caricia de mis manos, sino porque cada vez que sumergía las manos en el agua, una cierta desazón, y  un ligero escozor, me hacían desear finalizar lo antes posible.

Descubrí qué pasaba cuando por fin puse  el cartel de closed en la cocina, y ataqué al cuarto de baño ayudada por el famoso Don Limpio. Era pequeñita, apenas visible, pero ahí estaba justo en el nudillo del dedo índice. Una ampolla, producto de una quemadura de la que no fui consciente, se dedicaba a enviar señales de dolor a mi pobre cerebro. No eran agudas, ni terribles, simplemente incomodas; pero  la  ampollita de las narices había logrado tocarme las idem.

Como soy filosofa de cacerolas extrapolé la situación doméstica al día a día, y no tardé en encontrar cierta similitud con mi vida, y probablemente otras muchas. Todos hemos sufrido pequeñas heridas de la que apenas somos conscientes, pero que nos marcan e influyen en el comportamiento diario: quemaduras de pasiones de arrasaron parte de quienes éramos, arañazos de ausencias y olvidos, golpes de desencanto y tristeza… Ahí están, invisibles, pero reales, enviando señales de aviso, y recordándonos cuán frágiles y vulnerables somos.


ENTRE ALGODONES (Alma)

Ayer compré algodón. No es el paquete de algodón hidrófilo que hay en todos los botiquines, fiel compañero de Betadine, gasas y tiritas. Este es un algodón frívolo, pero práctico, redondeado y plano, que ayuda a limpiar la cara noche y día.
¿Recordáis el anuncio de Tenn? “El algodón no engaña”. Es cierto. Por la noche tus ojos sin adornos te contemplan y te hacen preguntas, que a veces duele responder. Borras color, y pinturas que intentan ocultar cansancio, tristeza, apatía… Aparece tu rostro, limpio, exponiendo la piel frágil e imperfecta, con sus rojeces, pecas, y marcas. Ahí estamos, al otro lado del espejo, tal y como hemos llegado a ser a día de hoy.
El algodón sabe de nosotros. Nos acaricia suavemente, y nos tonifica. Después nutrimos, hidratamos, continuamos.
El otro algodón es mucho menos sutil. Va directo a la herida. Y, si es necesario,  no duda en empaparse en un buen  antiséptico.
Hay una expresión que se emplea  en referencia a  la gente que evita el dolor, y es que vive “envuelta en algodones”. No es cierto, el algodón, que no engaña, se limita a limpiar, y restaurar como puede las heridas que el oficio de vivir nos deja. Los algodones internos, no los venden en farmacia alguna, y vamos recolectándolos en brazos amigos, palabras amables, el calor de los afectos y, también, en el doloroso antiséptico del desencanto.
El algodón no engaña., tampoco cura, y no aisla lo suficiente.  Pero si lo aplicas en las zonas adecuadas lograras que las armaduras que te protegen te rocen menos, y así es posible seguir caminando.



 



3 comentarios:

  1. Me gustaron mucho!!!
    Yo por eso cuando friego platos siempre me pongo guantes... Ya me gustaría que fuera igual de simple y hubieran guantes para evitar las heridas de las que hablas. Aunque una herida de vez en cuando suele servir, o para aprender, o para valorar más aun la piel cuando está sana...
    Saludos

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  2. Una vez me dijiste que las armaduras son de cartón piedra, yo te digo que acaban siendo de acero valyrio a base de pasar algodones sobre ellas. El tiempo es el algodón y las manos amigas el betadine.
    Un abrazo mi hada entre algodones.

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  3. Me encantan esas similitudes tan ciertas que haces con cualquier cosa cotidiana por las que apenas nos paramos a pensar. Eres una persona tan razonable y tan inteligente que me asustas!!! jajajajaj.
    Besos lucerita manchega.

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