No fui niña de peluches. Tenía muñecas
de cara inexpresiva y vacíos ojos azules, pero jugar a ser
madre y las casitas nunca me interesó. Prefería inventar historias con las muñecas recortables, a las que imaginaba viendo como adultas independientes en
apartamentos que fabricaba con cajas de camisas.
Sin embargo anoche dormí con un
precioso búho de tela azul. Lo encontré sobre la cama el día de mi cumpleaños,
junto a una caja de bombones. Ese buhito se convirtió en un objeto especial en
el momento en que mi hijo menor, pensando en mí, lo eligió en una estantería de ToysRus. Se
produjo la magia de la alquimia y unos
trozos de tela cosidos se revistieron de afecto, convirtiéndose en recordatorio
del amor que recibo. Ahora, en las horas inciertas que preceden al sueño, me acompañará, como un blues cuyas notas han sido
escritas para mí, nana de hijo
a madre ahuyentadora de desalientos.
Es curioso que tu hijo te regale un peluche (cuando nos pasamos la vida al revés, regalándoselo a ellos).
ResponderEliminarNo me extraña que te haya inspirado, y más, siendo un búho.
Besos redondos, como los ojos del búho.
Es curioso sí... A veces, como él mismo dice, se pone (mejor dicho se ponen los dos) en modo padre. Nos queremos y, ya sabes, entonces todo cabe.
EliminarBesos.
Es grande esa niña que a veces nos descubres, como grande es ahora que mira con ojos tiernos su peluche.
ResponderEliminarUn abrazo, Ángela
ResponderEliminarGracias Luis.
Al peluche lo miro poco, la verdad; ya estoy mayor para eso, pero me gusta verlo ahí por lo que simboliza: puro amor. Me recuerda lo afortunada que soy y espero que sea una especie de salvavidas cuando me sacudan las aguas embravecidas de la vida.
Besos.
Vale, quédate con el peluche, por todo lo que simboliza. Pero reparte los bombones, compañera...
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Hecho. Y los regamos con vino dulce de Jumilla (algo bueno tiene este sitio jajaja).
EliminarAbrazos.
Muchos objetos son solo objetos hasta que se conoce la historia que hay a su espalda, entonces pasan a ser un recordatorio del pasado, un puente hacia otro tiempo, otras personas, otras historias. Buena eleccion musical. Un abrazo compañera.
ResponderEliminarHay objetos que son más que mero material con cierta forma. Esos nos acompañan y forman parte de la historia de nuestras vidas.
EliminarBesos camarada.
El detalle de tu hijo habla por sí solo. Sabe lo que te gusta y se esmera en complacerte. Un lujo de oda a ese momento, amiga mía!!
ResponderEliminarAbrazos, y no solo virtuales, jejeje.
Ya sabes tú como son mis mozuelos: un lujo de seres humanos de los que me permito sentirme orgullosa.
EliminarBesos, abrazos, y ahora sí... café conversacional mañanero. Somos unas suertudas, amiga mía.
Un aplauso para tu hijo.
ResponderEliminarLo merece.
Lo merece.
EliminarLo merecen los dos (dupliqué mi ADN).
Gracias.
Que tierno, eres afortunada.
ResponderEliminarYo también cuando era niña le regalaba a mi mamá y me sentía tan feliz.
Besos
Soy muy afortunada Luján. Lo sé y lo valoro.
EliminarBesos.
Esos pequeños detalles de nuestros hijos son los más grandes para nosotros.Enhorabuena
ResponderEliminarun abrazo
fus
Son la sal de la vida. O el azúcar.
EliminarSon la vida.
Abrazos, Fus.