Quién soy

En un mundo imperfecto, yo no soy la excepción

domingo, 26 de agosto de 2012

AMORES PLATÓNICOS

AMORES PLATÓNICOS I

Imágenes


El hombre se enamora cada día.  Y cada noche imagina a la mujer que posee esa nuca adivinada al cruzar la calle, o la perfección de unas clavículas que encuadra un escote veraniego. Recuerda la boca de labios comestibles que deseó hace apenas unas horas. Imagina la caricia de las manos que rozaron las suyas en un momento del día. Duerme enamorado del atisbo fugaz de una mujer intuida y, cada mañana, despierta sin recuerdos. Solo le quedan imágenes difusas, que almacena en un rincón de la memoria.


Hoy volverá a enamorarse de una forma de caminar, del balanceo de unas caderas, o de la voz que vuela en una frase dirigida a otros. El hombre se pregunta qué hará si un día despierta abrazado a unos ojos de mujer imposibles de olvidar. Se imagina volviendo sobre sus pasos del día anterior buscando un encuentro con esa desconocida  a la que amará. La imagina hermosa y oliendo a primavera. ¿Qué podrá decirle para atrapar su sonrisa? Se pregunta qué hará si  ella no aparece. Se angustia pensando en volver a verla formando parte del amor de otro.  


Es por eso que el hombre ha decidido enamorarse parcelando un sueño de mujer,  que renueva cada veinticuatro horas. Instalado en el reino de los amores platónicos, camina a salvo de emociones devastadoras, soslayando el encuentro con esos ojos que podrían traspasarle el corazón.


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AMORES PLATÓNICOS II

Ideas


La mujer se enamora de palabras, de ideas, de hipótesis… Se mueve bien en el mundo de lo inasible. Allí donde las bocas no muerden y, aunque el dolor se  vista de tonos oscuros, no hay sangre.

Lo imaginado penetra con fuerza en ella, la hace suya, la invade. Por momentos es tan intenso que llega a hacerla feliz,  e intenta alargar las sensaciones y alimentar el fuego de una pasión nacida del humo. Sabe que alivia su cansancio en oasis de espejismos. Es consciente que la vida es sangre, sudor, vísceras, pasión…No se engaña, solo imagina para sobrevivir al hastío gris de una realidad que, de atraparla, la envolvería en el abrazo que más teme: el de la conformidad.

Tal vez un día contemple el mar, como soñó, y sea real el beso en el pelo, el roce en los brazos, y la voz. Hoy imagina.






3 comentarios:

  1. Son entonces el hombre y la mujer una analogía? ummmmmm...
    Has penetrado en esa visión ideológica de los deseos, no sé si estará bien llamarlo así.
    Besos, Ángela

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  2. Hoy imaginamos...
    Vaya texto divino!!! la música espectacular, triste, preciosa, te hace reflexionar mientras lees esas palabras tan acertadas que nos regalas querida amiga. Quién sabe sí... ese día en que observemos el mar y la voz sea real.
    Fantástico.

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  3. Distintos, siempre fue así. Mientras ellos se enamoran de una imagen, nosotras lo hacenos de un sueño, que alimentamos y engordamos con la ilusión de hacerlo realidad. Qué bien lo has plasmado, querida amiga!!!
    Un abrazo y quién sabe si algún día verás junto a alguien ese mar...

    P.D.- Una música muy acertada.

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