Viernes, marzo, sol… El mundo suspira primaveras y proyectos, los escaparates se endulzan en tonos pastel, y flores de todo tipo nos animan a seguir buscando ese edén del que, frágiles y humanos pecadores, fuimos desahuciados por un casero furioso. Pero yo… suspiro ayes (doloridos que no románticos), no miro los escaparates porque no tengo un euro, y sospecho que si me acercó a un macizo de flores es posible que me pique una abeja o este año comience a tener alergia al polen. ¡Ay de mí!
Esta mañana me armé de valor y me enfrenté al espejo. Estoy acostumbrada a mis defectos visibles y me autoengaño hábilmente con guiños tensores y algún brochazo de color, pero hoy… La imagen del espejo no es una mujer, ¡es un chiste! Además si me río me duele. En la frente, justo en ese entrecejo que todos fruncimos y que las acomodadas damas hindúes adornan con joyas, luzco una indiscreta tirita (y eso que es de las transparentes) protegiendo la herida -pequeña pero insidiosa- infligida ayer por un médico decidido a librarme de un tranquilo y discreto quiste que, bien mirado, podría haber seguido dejando allí. Y ya puestos por qué iba a conformarme con el sufrimiento de una sola parte del cuerpo. Nada de eso. ¿Qué podría averiarse también? Pues metacarpo derecho inflamado, que cubro con una ostentosa muñequera. ¡Ay de mí!
Como terapia anímica decido renovar, no mi vestuario, ¡¡¡¡mis sartenes!!!! (toma glamour). Ojo, que la sartén elegida corresponde a la colección últimas tendencias fabricada en cerámica y coloreada en azul pastel (siguiendo la moda faltaría más). Y como en esa señoras bien vestidas pero calzadas de mercadillo, el conjunto falla en los complementos: la tapa es de metal vulgaris, que no de bulgari, pero qué queréis si una es manazas, y ya ha roto alguna que otra fabricada en bonito cristal.
Las frivolidades varias no bastan como refugio cuando me siento desvalida. En esos momentos recuerdo a mi madre, y conociendo su optimista visión de la vida puedo garantizar que un día como hoy me habría regalado una de sus sentencias favoritas:
“Ayer le cayó en mi calle el premio gordo a Don Gil,
si hubiese sido una teja me habría tocado a mí”
¡Ay de mí!
Amiga mía, algún precio tenía que tener la belleza!!!
ResponderEliminarCuídate y deja que te cuidemos.
Ay tu madre!!!!
Por cierto, era poetisa????
Un vigoroso abrazo para mi rubia.
Jajaja
EliminarTodo se paga, sin duda, lo malo es que estoy indigente total.
Mi madre era... Creo que habría que inventar una hermosa palabra para ella, porque a mí todas me saben a poco.
Besos queridísima.
Hay DIAS y días...Pero en tu manera de verlos percibo siempre el optimismo,comenzando por reirse de uno mismo que es crucial.
ResponderEliminarLo último "glamour en la cocina". ¿Te han quitao un quiste, o el tercer ojo?
Un abrazo simpática
Gracias Clara.
EliminarLo cierto es que me quitaron un quiste de la frente, y la tarde fue divertidísima gracias a la conversación con el médico, un maduro de turbadores ojos azules que terminó pidiéndome el correo (se lo di, una es muy fácil cuando está en la camilla a merced de un bisturí).
Besos.
Vamos a ver ¿Quieres decir que eras algo así como un unicornio de la suerte con ese quistecito en el entrecejo? jo, pues si me lo hubieses avisado hubiese ido a verte para sobarte un poco el lomo, a ver si me das un poco de suerte, que no me iría mal.
ResponderEliminarY tu madre debió ser una mujer de bandera, guapa y lista como la nena Gondo. Chao tocaya. Un abrazo grande, cuida ese metacarpo y no compres más sartenes ¡Por dior!
Mmmm no había pensado yo que el discreto quiste era algo así como el melenón de Sansón e igual ahora me quedo pluffff jajaja.
Eliminar¡Ay tocaya mía si la suerte la vendiesen ahí estaría yo comprándola y dejándome de sartenes!
Por cierto que tus pasos de barro son una maravilla para recorrerlos.
Besos.
¿Has visto que he colgado una reseña sobre el evento del día 1 de Marzo?
EliminarPásate y verás que estamos unos pocos en una foto. Se echó de menos al resto, ya sabes..
un beso tocaya.
Jajajajajajajajajaj no puedo más que reir a carcajadas con tus cosas, con la forma de contarlo (por supuesto), eres genial, esa ironía que a mí me encanta y que es de mujeres inteligentes.
ResponderEliminarA mí tu madre me recuerda mucho a mi abuela, por las cosas que leo eran muy parecidas y mi abuela también sentenciaba que no veas, lo mejor de todo es que tenía toda la razón. Qué te mejores chiquitita mía!! jajajaj
Besos.
¡Ay sureña qué voy a hacer si mi vida es sartenera y costumbrista! Por eso leo novela negra, rosa y de todos los colores, porque hay otros mundos y yo estoy en éste.
EliminarBesos miarma.