Cada uno tiene un norte y unas necesidades;
es cuestión de averiguarlo
Poner rumbo al norte es diferente;
es viajar al mundo de la razón pura.
El corazón en el norte se hiela,
por eso llevas poco en el equipaje.
Son maletas difíciles de hacer.
Qué guardas para el regreso.
Qué abandonas.
Qué llevas.
Mañana me levantaré frívola de nuevo.
Me pondré un vestido sin cremalleras ni botones,
jugandómela con cruzado mágico de telas
y taconearé convencida por la primavera.
Pero esta noche
preparo las maletas al norte.
Algo tienen los viajes al gélido norte, quizá la duda sobre el regreso al sur, quizá la sensación del viajero que solo coge billete de ida.
ResponderEliminarUn abrazo
Llevo años imaginando viajes en trenes nocturnos que viajan a alguna parte. Me siento un turista, completamente de paso, y las maletas a punto para partir.
ResponderEliminarY curiosamente no soy nada viajera...
Abrazos.
Los viajes son necesarios,hacen que te sientas anónimo, en tierra de nadie. También son el barómetro para medir el arraigo.
ResponderEliminarBesos Ángela
Viajo poco, Clara; pero vivo con las maletas internas preparadas.
EliminarBesos.
Sé las veces que has hecho ese viaje, las contadas ocasiones que has cogido ese tren nocturno hacía el frío. Volverás, llévate sólo un abrigo, porque sé que pronto volverás.
ResponderEliminarUn cálido abrazo mi querida Gondo.
Lo del abrigo está muy bien pensado porque ya sabes tú lo friolera que soy.
EliminarIré al norte cuantas veces sea necesario, pero simpre volveré. Soy mujer del sur.
Besos.
A veces es necesario viajar al norte, para no perderlo.
ResponderEliminarBesitos.
Y volver al sur para vivir.
EliminarBesos querida mía. Tú sí que comprendes.
Ahora, justo en primavera vas al norte? Déjalo para enfriar el cuerpo en verano, justo ahora, que el aire se empieza a hacer templado, no, Gondo...
ResponderEliminarVuelvo pronto de esos viajes. Tardo en decidirme a hacerlos porque en mí significan un "antes y un después".
EliminarBesos guapa mía.